Está situado en el ecosistema alto andino y se clasifica como “bosque de niebla” por su constante nubosidad y porque en él se da una gran confluencia cargada de humedad. Ese tipo de ecosistemas tiene una biodiversidad propia y característica, y gran cantidad de agua que facilita la supervivencia de las diferentes especies de flora y fauna que los conforma, lugar donde nace el Río Medellín, en el cual habitan especies de plantas y animales que pueden considerarse patrimonio biológico y que han logrado sobrevivir gracias a algunas entidades.
Se encuentran más de 120 especies de aves que habitan el bosque, las fuentes de agua, los potreros y rastrojos en busca de frutos, insectos y refugio. Algunas de ellas son endémicas, como el Maniquí, el Cabecidorado y el Turpial viento rojotas que están en peligro de extinción.